domingo, 15 de marzo de 2020

PUERTA, MARÍA ZAMBRANO


MARÍA ZAMBRANO

Este año la coordinadora de igualdad del centro, nos propuso que decoraramos las puertas con mujeres importantes. A nosotros nos tocó a María Zambrano.“

María nació en Vélez- Málaga, un pueblecito andaluz. Allí vivió hasta los cuatro años de edad. En el patio de su casa de la calle Mendrugo, un limonero y un pozo que aún de mayor recordaba con cariño.
Su padre era profesor y se llamaba Blas, y su madre de nombre Araceli, también era maestra.
La familia se trasladó a Segovia, allí comenzó María su escolaridad. Desde muy pequeña ya era una buena estudiante y una buena persona. Nos cuentan incluso que solía compartir su merienda con aquellos niños que nada tenían.
Fue creciendo y se convirtió en una amante de las letras, escribió muchos libros con preciosas palabras. Se hizo profesora. Pero en España estalló una violenta guerra, que enfrentó a mucha gente.
María tuvo que marcharse porque por las ideas de libertad y democracia que defendió toda su vida, era perseguida. Tomó sus cosas, una maleta... un avión y se marchó lejos de su familia.
Ese fue su exilio, en otros países recompuso su vida, continuo siendo profesora y sobre todo, continuo escribiendo y utilizando las bellas palabras que guardaba en su cabeza para vestir importantes ideas.
Casi olvidada en su propia tierra, de muy viejita regresó a Madrid, y fue entonces cuando le otorgaron dos importantes premios muy prestigiosos:
El premio Príncipe de Asturias a las Humanidades y la Comunicación, años después el premio Cervantes.
Así se reconoce y valora el trabajo de toda su vida.
Sabemos también que siempre anduvo acompañada por gatos, animales a los que adoraba de forma especial, y en su casa de Madrid, le gustaba tener siempre limones en una cesta para recordar el aroma de su infancia.
En 1991 María Zambrano murió y sus restos fueron trasladados al pueblo que la vio nacer. En su cementerio, como describe Antonio Burgos, “un hermoso cementerio andaluz de cal y geranios, de silencio y mirto” hay una tumba en forma de casita y junto a ella
un limonero. Allí descansa María rodeada de gatos que desde entonces la acompañan.


ASÍ QUEDÓ NUESTRA PUERTA

El alumnado pintó con mucho esmero los gatos que decoran la puerta.



No hay comentarios:

Publicar un comentario